Acero y vidrio aportan resistencia y sostenibilidad a la industria, e innovación de la construcción.


La evolución de la industria de la construcción ha venido acompañada de insumos que permiten alargar su ciclo de vida, al punto de que muchos son fácilmente reutilizables, lo que de cara a las firmas constructoras se traduce en reducciones en los tiempos de retorno de inversión de la estructura y la disminución de posibles sobrecostos.

Llámese acero, vidrio, cemento o concreto, todos estos materiales se han transformado a lo largo de los años para hacerse más especializados según las necesidades, sin perder de vista sus atributos más destacados y minimizando sus perjuicios al medioambiente.

Eficiencia mecánica y estética

A nivel arquitectónico, el concreto ha adquirido una relevancia única debido a sus características, que lo posicionan como uno de los insumos preferidos para edificaciones. Y es que su modernización ha estado marcada por dar respuesta a requerimientos específicos en condiciones difíciles, como en la construcción de estructuras en contacto con el agua u otros agentes agresivos.

“Los vectores de desarrollo de los concretos han sido muy grandes. Estos han progresado mucho en su resistencia a la compresión. Hablando de Argos, hoy tenemos un concreto avanzado de alto desempeño que soporta unos 24.000 psi, que permiten al ingeniero diseñar una estructura más esbelta, reduce el peso del edificio y mejora su sismorresistencia”, señala Lucas Moreno, vicepresidente de crecimiento y desarrollo Argos Estados Unidos.

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